del universo que le pertenece a Dios, es en realidad el pecado».2 A usted no le sorprenderá si digo que esta tendencia también se manifiesta en la relación conyugal. Deseamos que las cosas se hagan como pensamos, cuando queremos y como deseamos. Tristemente esto nos lleva a tener una comunicación inapropiada y a no poder controlar nuestro temperamento. Esta tendencia al egoísmo nos lleva a sentir incompatibilidad, rechazo y a actuar con autoritarismo. Es decir, cuando actuamos en forma egoísta
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